jueves, 16 de enero de 2025

Los Hipérbolos

 La ostraka fue una costumbre griega nacida en el seno de la democracia, en donde el castigo violento ya no cuadraba con el nuevo y civilizado modelo de gobierno. Con ella se buscaba castigar con el destierro a aquellas personas que no encajan en su cultura y que eran dañinas al sistema que buscaba la gloria del pueblo griego.

Esta práctica consistía en que cada año para las fiestas todos los ciudadanos votaban a través de un ostrakon (lámina de cerámica) escribiendo el nombre de la persona que debía ser desterrada. Por más de cien años la práctica se llevó a cabo sin ningún problema, sin embargo, en el 417 AC, un hombre molestoso para la comunidad de nombre Hipérbolo fue el más votado en la ostraka. El problema fue que nuestro personaje era un payaso o bufón que hacía molestas bromas y luego del destierro los griegos se arrepintieron de haberle aplicado la ostraka y esto llevó a la desaparición de esta práctica.

Hace unos años estuvo en la agenda de la opinión pública un evento de proporciones “catastróficas”, un autodenominado influenciador se le ocurrió la genial idea de coger jabones y cubrirlos con chocolate y dárselos a probar a los unos ancianos con un engaño de iniciativa económica, grabar todo el proceso y subirlo a redes sociales.

Varios usuarios de las diferentes redes sociales hicieron uso de la ostraka virtual y denunciaron la cuenta por publicación de contenidos ofensivos. El jovencito ante esto reacciona abriendo otra cuenta manifestando que se hará cargo de todo.

Hace unos años otra autodenominada influenciadora en su infinita sapiencia, se le dio por destruir las instalaciones del sistema de transporte masivo de Bogotá, cuando se percató de las consecuencias de sus actos la llevarían a la cárcel corrió a esconderse detrás de unas sábanas, y aún en ese momento iluminada en los soles de faruk se grabó pidiendo perdón y solicitando a sus seguidores como buena diomedista que no la desampararan.

Hace unos años, veíamos en televisión el personaje del Inspector Rodríguez en donde un abusadorcito no quería “respetarlo”. Hoy escuchamos a “Botaste el chupo” y nos reímos de que una persona saque quicio a otra y al final le diga “tranquilo” fue solo una broma.

En la actualidad en las redes sociales abundan los personajes que apunta de acciones ridículas o payasadas buscan ganar likes y seguidores, pues por un lado es una actividad económica y por el otro hay quienes buscan tener aceptación social y subir su autoestima. Estas acciones han generado diversas consecuencias, muertes por selfis, problemas de interacción social real y problemas muy serios como la depresión y el suicidio.

Publicar en redes sociales hace parte del derecho a la libertad de expresión, en ese sentido las publicaciones que realizamos se entenderían protegidas constitucionalmente, sin embargo, hay otro problema aún mayor y son las actividades de usuarios que tienen la intención de dañar a otras personas, Ex parejas publicando videos íntimos, videos o información con contenido falso y ahora bromas que ya atentan contra la salud de otras personas deben generar un rechazo unánime para que estas conductas desaparezcan y también con ellos los Nuevos CiberHipérbolos que apunta de bufonadas quieren ganar reconocimiento.

Esperemos que no suceda lo mismo que le sucedió a Hipérbolo que por ser un payaso los griegos resintieron de haberle aplicado la antigua costumbre. No sea que mandemos el mensaje equivocado perdonando comportamientos imperdonables y ya después extrañemos la ostraka.


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